Cómo evitar la agresión de un perro
Ya sabemos, que los perros son animales, y que en su naturaleza está la acción de morder cuando se sienten atacados, tienen miedo o los han educado para ser agresivos. Numerosas noticias en prensa o en la televisión nos dan fe de ello. Es por esto, que en este artículo quiero haceros llegar tanto a propietarios como a no propietarios de perros, algunas consideraciones que hay que tener en cuenta para evitar agresiones por parte de un perro:
1. En la vía pública, lleva en todo momento el perro sujeto con correa que permita su control.
Por ley, los dueños de perros catalogados como potencialmente peligrosos deberán utilizar una correa de menos de 2 metros de longitud y colocar al perro un bozal.
2. No dejes nunca a un perro y a un niño pequeño sin supervisión directa.
Un perro podría hacer daño a un bebé sin querer, jugando, teniendo curiosidad o simplemente defendiéndose, recordemos que los bebés tienden a pellizcar y morder.
3. No tengas un perro para tenerlo atado siempre.
Hay mucha costumbre, y lo único que reforzamos es una conducta agresiva. Como propietario no dejes atado a tu perro siempre, y como no propietario, nunca acaricies un perro que está atado: son perros estresados y comúnmente agresivos.
4. Favorece la socialización del perro desde muy pequeño con las personas.
La interacción con las personas es algo que el cachorro debe aprender y acostumbrarse antes de cumplir las 12 semanas de edad.
Es esencial que el cachorro tenga contacto diario con personas de distinto tipo (adultos, ancianos, de diferentes étnias) durante los tres primeros meses de vida y, en la medida de lo posible, también con niños pequeños.
Una buena socialización ayuda a prevenir muchos problemas de comportamiento, como el miedo o la agresividad hacia las personas.
5. Favorece la socialización del cachorro con otros perros.
El cachorro debe aprender también a relacionarse con otros perros durante los tres primeros meses de vida, mediante un contacto diario, con la madre, hermanos u otros animales, aprende a ser perro y evitar así el miedo o agresividad ante los de su propia especie. Estate atento a las peleas entre perros, ya que son una de las causas habituales de accidentes por mordedura, al intentar separarlos.
6. Favorece la socialización del perro con su entorno.
Promueve el contacto diario del perro con las distintas personas de su entorno, así como con coches, bicicletas, sirenas, alarmas, petardos, luces…
Tiene que aprender a convivir con a una gran variedad de ruidos, situaciones y entornos, para evitar que muestre reacciones de rechazo como miedo o agresividad.
7. Evita la soledad en la medida de lo posible.
Los perros son animales muy sociables. Necesitan el contacto habitual con las personas o con otros perros, como el aire que respiran, por eso hay que evitar que pase muchas horas solo en casa.
8. Educa al perro de forma responsable.
Es fundamental. La mayoría de los problemas de conducta que muestran los perros se deben a una mala educación.
Recordad que cuando se educa a un perro, siempre hay que utilizar el refuerzo mediante premios y alabanzas: caricias, juegos, comida… y evitar tajantemente el castigo, que promueve la agresividad y el miedo en los perros.
9. Acude al veterinario ante el más leve indicio de agresividad, sobretodo si tienes un perro catalogado como potencialmente peligroso. Ya no solo por el peligro que puede suponer para la gente desconocida, sino también para los miembros de la familia.
10. Si aún no eres propietaro de un perro, ten en cuenta estas consideraciones:
- Condiciones de la vivienda, la composición de tu familia y tu estilo de vida: ¿Dispondrá de suficiente espacio? ¿Tenéis niños pequeños en casa? ¿Deberá pasar muchas horas solo? ¿Podréis dedicarle todo el tiempo que necesita?
- Elige el tipo de perro, por su tamaño, sexo y raza, que mejor se adapta a tu familia y vivienda.
No olvides que la elección de una determinada raza no es la única variable que influye en la conducta de un perro. Una buena socialización y una correcta educación son fundamentales para conseguir un perro equilibrado, física y mentalmente.
¿Cómo actuar cuando la agresión es inminente?
Si tienes la mala fortuna de encontrarte con un perro agresivo, lo sabrás. Solo tienes que leer su lenguaje corporal: firmeza, boca cerrada rígida o mostrando los dientes, orejas erguidas, cola erguida, en ocasiones lomo erizado.
No te pongas nervioso, y mucho menos salgas corriendo. Lo mejor es quedarse completamente inmóvil, con los brazos pegados al cuerpo y no mirarle a los ojos. Deja que se acerque, te husmee, y huela que no le vas a hacer daño. Cuando te ignore, sigue tu camino.
Si el perro se abalanza sobre ti, hazte una bola completamente, y quédate inmóvil. El perro tiene que saber que en ningún momento le vas a hacer daño, tienes que transmitirle que vienes en son de paz.
Si agitas los brazos o sales corriendo, lo va a interpretar como una amenaza, así que la inmovilidad es clave para evitar la agresión. Nunca le mires los ojos y cierra la boca. Ver tus dientes también podría ser interpretado como una amenaza.
1. En la vía pública, lleva en todo momento el perro sujeto con correa que permita su control.
Por ley, los dueños de perros catalogados como potencialmente peligrosos deberán utilizar una correa de menos de 2 metros de longitud y colocar al perro un bozal.
2. No dejes nunca a un perro y a un niño pequeño sin supervisión directa.
Un perro podría hacer daño a un bebé sin querer, jugando, teniendo curiosidad o simplemente defendiéndose, recordemos que los bebés tienden a pellizcar y morder.
3. No tengas un perro para tenerlo atado siempre.
Hay mucha costumbre, y lo único que reforzamos es una conducta agresiva. Como propietario no dejes atado a tu perro siempre, y como no propietario, nunca acaricies un perro que está atado: son perros estresados y comúnmente agresivos.
4. Favorece la socialización del perro desde muy pequeño con las personas.
La interacción con las personas es algo que el cachorro debe aprender y acostumbrarse antes de cumplir las 12 semanas de edad.
Es esencial que el cachorro tenga contacto diario con personas de distinto tipo (adultos, ancianos, de diferentes étnias) durante los tres primeros meses de vida y, en la medida de lo posible, también con niños pequeños.
Una buena socialización ayuda a prevenir muchos problemas de comportamiento, como el miedo o la agresividad hacia las personas.
5. Favorece la socialización del cachorro con otros perros.
El cachorro debe aprender también a relacionarse con otros perros durante los tres primeros meses de vida, mediante un contacto diario, con la madre, hermanos u otros animales, aprende a ser perro y evitar así el miedo o agresividad ante los de su propia especie. Estate atento a las peleas entre perros, ya que son una de las causas habituales de accidentes por mordedura, al intentar separarlos.
6. Favorece la socialización del perro con su entorno.
Promueve el contacto diario del perro con las distintas personas de su entorno, así como con coches, bicicletas, sirenas, alarmas, petardos, luces…
Tiene que aprender a convivir con a una gran variedad de ruidos, situaciones y entornos, para evitar que muestre reacciones de rechazo como miedo o agresividad.
7. Evita la soledad en la medida de lo posible.
Los perros son animales muy sociables. Necesitan el contacto habitual con las personas o con otros perros, como el aire que respiran, por eso hay que evitar que pase muchas horas solo en casa.
8. Educa al perro de forma responsable.
Es fundamental. La mayoría de los problemas de conducta que muestran los perros se deben a una mala educación.
Recordad que cuando se educa a un perro, siempre hay que utilizar el refuerzo mediante premios y alabanzas: caricias, juegos, comida… y evitar tajantemente el castigo, que promueve la agresividad y el miedo en los perros.
9. Acude al veterinario ante el más leve indicio de agresividad, sobretodo si tienes un perro catalogado como potencialmente peligroso. Ya no solo por el peligro que puede suponer para la gente desconocida, sino también para los miembros de la familia.
10. Si aún no eres propietaro de un perro, ten en cuenta estas consideraciones:
- Condiciones de la vivienda, la composición de tu familia y tu estilo de vida: ¿Dispondrá de suficiente espacio? ¿Tenéis niños pequeños en casa? ¿Deberá pasar muchas horas solo? ¿Podréis dedicarle todo el tiempo que necesita?
- Elige el tipo de perro, por su tamaño, sexo y raza, que mejor se adapta a tu familia y vivienda.
No olvides que la elección de una determinada raza no es la única variable que influye en la conducta de un perro. Una buena socialización y una correcta educación son fundamentales para conseguir un perro equilibrado, física y mentalmente.
¿Cómo actuar cuando la agresión es inminente?
Si tienes la mala fortuna de encontrarte con un perro agresivo, lo sabrás. Solo tienes que leer su lenguaje corporal: firmeza, boca cerrada rígida o mostrando los dientes, orejas erguidas, cola erguida, en ocasiones lomo erizado.
No te pongas nervioso, y mucho menos salgas corriendo. Lo mejor es quedarse completamente inmóvil, con los brazos pegados al cuerpo y no mirarle a los ojos. Deja que se acerque, te husmee, y huela que no le vas a hacer daño. Cuando te ignore, sigue tu camino.
Si el perro se abalanza sobre ti, hazte una bola completamente, y quédate inmóvil. El perro tiene que saber que en ningún momento le vas a hacer daño, tienes que transmitirle que vienes en son de paz.
Si agitas los brazos o sales corriendo, lo va a interpretar como una amenaza, así que la inmovilidad es clave para evitar la agresión. Nunca le mires los ojos y cierra la boca. Ver tus dientes también podría ser interpretado como una amenaza.
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