¿Qué le pasa a mi perro?
A lo largo de la vida de nuestro perro, observaremos que no tiene el mismo humor, ni ganas de comer, o de jugar. Hay que estar pendientes de las señales que percibamos de nuestro perro, porque al igual que nosotros, también enferman, y necesitan de nuestros cuidados. Pocas ganas de comer o de jugar, el hocico seco y caliente, ojos llorosos… son sólo algunos de los signos que nos alertan de que nuestro perro no se encuentra bien o está padeciendo alguna enfermedad. Es vital detectar los síntomas a tiempo.
Pérdida de apetito (no quiere ni beber ni comer). Puede indicar simplemente alguna alteración psicológica, como un cambio de residencia o hembras en celo en la zona (si tu perro es macho), pero también la presencia de un objeto extraño o sustancia tóxica en el organismo o una enfermedad.
Cambios en la micción. Si observas que le cuesta orinar, tiene más ganas de las habituales, lo hace en lugares poco frecuentes o la orina es de color intenso o con sangre, es posible que tenga una cistitis. Orinar con más frecuencia también puede ser un síntoma de diabetes, sobre todo si va acompañada de somnolencia, cansancio, pérdida de peso y sed y hambre continuas.
Problemas oculares. No te asustes si a tu perro le aparece un tercer párpado en el ojo (membrana nictitante). Normalmente permanece oculto, pero aparece si el ojo está dañado, pues su función es protegerlo. Si aparece en un solo ojo y va acompañado de lagrimeo o cambio de color, puede deberse a alguna herida o cuerpo extraño; pero si aparece en los dos puede estar causado por una infección vírica u otra dolencia.
La filariosis canina o gusano del corazón es una enfermedad provocada por un parásito transmitido por un mosquito infectado. Los gusanos pueden tener una longitud de entre 15 y 30 centímetros. Los síntomas aparecen cuando la enfermedad está avanzada, por lo que la prevención es la mejor forma de afrontarla.
Pérdida de pelo, pelaje apagado, sin brillo. Una caída excesiva del pelo (no relacionada con el proceso de alopecia normal) puede deberse a una alimentación inadecuada o a una reacción alérgica. Pero también a enfermedades coma el hipotiroidismo, la sarna, la tiña o la leishmaniosis, sobre todo si aparecen calvas,irritaciones o inflamaciones.
Rigidez muscular, debilidad o dificultad para incorporarse, cojera. Observa con atención a tu mascota y pálpale el cuerpo para detectar posibles heridas o inflamaciones. Estos síntomas podrían deberse a una artritis, pero también son causados por la leishmaniosis, por ejemplo. La cojera en algunos perros indica una displasia de cadera.
Vómitos y diarrea. Si los vómitos son muy frecuentes y, sobre todo, si contienen sangre, pueden deberse a la ingestión de un cuerpo extraño o, incluso, a un envenenamiento. La diarrea, en particular si es persistente y se observa presencia de sangre o alguna otra alteración, podría indicar la presencia de parásitos intestinales, hepatitis o moquillo.
Algunos de los principales síntomas relacionados con la salud y la conducta de tu perro que te deberían poner sobre aviso son:
Pérdida de apetito (no quiere ni beber ni comer). Puede indicar simplemente alguna alteración psicológica, como un cambio de residencia o hembras en celo en la zona (si tu perro es macho), pero también la presencia de un objeto extraño o sustancia tóxica en el organismo o una enfermedad.
Cambios en la micción. Si observas que le cuesta orinar, tiene más ganas de las habituales, lo hace en lugares poco frecuentes o la orina es de color intenso o con sangre, es posible que tenga una cistitis. Orinar con más frecuencia también puede ser un síntoma de diabetes, sobre todo si va acompañada de somnolencia, cansancio, pérdida de peso y sed y hambre continuas.
Problemas oculares. No te asustes si a tu perro le aparece un tercer párpado en el ojo (membrana nictitante). Normalmente permanece oculto, pero aparece si el ojo está dañado, pues su función es protegerlo. Si aparece en un solo ojo y va acompañado de lagrimeo o cambio de color, puede deberse a alguna herida o cuerpo extraño; pero si aparece en los dos puede estar causado por una infección vírica u otra dolencia.
La filariosis canina o gusano del corazón es una enfermedad provocada por un parásito transmitido por un mosquito infectado. Los gusanos pueden tener una longitud de entre 15 y 30 centímetros. Los síntomas aparecen cuando la enfermedad está avanzada, por lo que la prevención es la mejor forma de afrontarla.
Si tu perro tiene tos fuerte y seca, puede tratarse de la tos de las perreras, una enfermedad leve, pero muy contagiosa. Los estornudos frecuentes y la dificultad respiratoria pueden ser causados por algún tipo de alergia o alguna afección más grave, como la bronquitis.
Pérdida de pelo, pelaje apagado, sin brillo. Una caída excesiva del pelo (no relacionada con el proceso de alopecia normal) puede deberse a una alimentación inadecuada o a una reacción alérgica. Pero también a enfermedades coma el hipotiroidismo, la sarna, la tiña o la leishmaniosis, sobre todo si aparecen calvas,irritaciones o inflamaciones.
Rigidez muscular, debilidad o dificultad para incorporarse, cojera. Observa con atención a tu mascota y pálpale el cuerpo para detectar posibles heridas o inflamaciones. Estos síntomas podrían deberse a una artritis, pero también son causados por la leishmaniosis, por ejemplo. La cojera en algunos perros indica una displasia de cadera.
Vómitos y diarrea. Si los vómitos son muy frecuentes y, sobre todo, si contienen sangre, pueden deberse a la ingestión de un cuerpo extraño o, incluso, a un envenenamiento. La diarrea, en particular si es persistente y se observa presencia de sangre o alguna otra alteración, podría indicar la presencia de parásitos intestinales, hepatitis o moquillo.
Los ojos legañosos pueden indicar conjuntivitis; un babeo excesivo, problemas digestivos o dentales; si se arrastra sobre su trasero, parásitos intestinales. Vigila también los cambios de comportamiento, como agresividad o irritabilidad.
Para saber si tu perro tiene fiebre tócale la nariz. Si está seca y caliente es probable que así sea. Tu veterinario te enseñará a utilizar el termómetro. Ten en cuenta que la temperatura de los perros no es igual a las de las personas
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