¿Macho o Hembra?
La experta en comportamiento canino Carol Price nos aconseja sobre los pros y contras de elegir entre un perro o una perra.
Esta es una pregunta que puede traer de cabeza a más de uno. Cada caso se complica según nuestra situación personal: cuántos perros tenemos, de qué sexo son estos perros…
Machos
Empecemos por los machos. Hay varias ideas populares, o prejuicios podríamos decir, que dicen que los machos comparados con las hembras son:
- Generalmente más desobedientes e independientes
- Más agresivos y más dispuestos a comenzar peleas o ser atacados por otras perros
- Son más propensos a hábitos no muy agradables como tratar de montarnos o lamer su orín.
Según Price, lo anteriormente descrito puede ser verdad y mentira al mismo tiempo: “Algunos de los perros que he tenido, a pesar de contar con un entrenamiento exquisito se han comportado como auténticos machos. El punto hasta el que el tipo de adiestramiento puede mejorar el comportamiento de los machos es sistemáticamente ignorado”.
Hembras
Parecen tener muchas ventajas:
- Generalmente son más amenas en el adiestramiento
- Se concentran más en sus dueños
- Son más tolerantes hacía los niños pequeños
- Tienen una menor tendencia a investigar a cada perro que se cruzan en el camino.
Sin embargo, es erróneo asumir que siempre serán más fáciles o más manejables que los machos, ya que las hembras también pueden ser desobedientes. Algunas pueden ser incluso muy agresivas cuando tratan con otra perra, como ocurre a veces con perras que viven juntas.
Ellas también pueden tener algunos hábitos nada deseables. Tienen más tendencias a ser carroñeras que los machos y más predispuestas a la coprofagia. Además, son más proclives a protagonizar escenas de pánico, especialmente después de ser esterilizadas.
Si no son esterilizadas, pueden hacer boquetes en sofás o suelos, donde cuidarán a sus juguetes y pueden volverse más malhumoradas durante la fase de pseudo-embarazo que suelen sufrir.
Sexo, raza y personalidad.
Las personas que han tenido solamente un perro, macho o hembra, pueden cometer el error de pensar que hay ciertos comportamientos asociados al sexo de éste.
Siempre hay que tener en cuenta, que independientemente de su sexo o raza, cada perro es diferente y la educación y el entorno moldean su carácter de un modo único.
¿Más de un perro?
Cuando en una casa se reúnen varios perros de un mismo sexo, crecen las posibilidades de rivalidad, tensión y agresiones entre ellos. Esto ocurre sobre todo en hogares en los que no hay una autoridad o liderazgo claros por parte del dueño, o en casos en los que los perros pasan solos mucho tiempo.
Para tener un grupo armonioso, parece ser que son más adecuadas las combinaciones macho/hembra ya que suelen ser menos conflictivas y más armónicas, aunque depende de la personalidad de cada individuo el resultado final de la mezcla.
Esta es una pregunta que puede traer de cabeza a más de uno. Cada caso se complica según nuestra situación personal: cuántos perros tenemos, de qué sexo son estos perros…
Machos
Empecemos por los machos. Hay varias ideas populares, o prejuicios podríamos decir, que dicen que los machos comparados con las hembras son:
- Generalmente más desobedientes e independientes
- Más agresivos y más dispuestos a comenzar peleas o ser atacados por otras perros
- Son más propensos a hábitos no muy agradables como tratar de montarnos o lamer su orín.
Según Price, lo anteriormente descrito puede ser verdad y mentira al mismo tiempo: “Algunos de los perros que he tenido, a pesar de contar con un entrenamiento exquisito se han comportado como auténticos machos. El punto hasta el que el tipo de adiestramiento puede mejorar el comportamiento de los machos es sistemáticamente ignorado”.
Hembras
Parecen tener muchas ventajas:
- Generalmente son más amenas en el adiestramiento
- Se concentran más en sus dueños
- Son más tolerantes hacía los niños pequeños
- Tienen una menor tendencia a investigar a cada perro que se cruzan en el camino.
Sin embargo, es erróneo asumir que siempre serán más fáciles o más manejables que los machos, ya que las hembras también pueden ser desobedientes. Algunas pueden ser incluso muy agresivas cuando tratan con otra perra, como ocurre a veces con perras que viven juntas.
Ellas también pueden tener algunos hábitos nada deseables. Tienen más tendencias a ser carroñeras que los machos y más predispuestas a la coprofagia. Además, son más proclives a protagonizar escenas de pánico, especialmente después de ser esterilizadas.
Si no son esterilizadas, pueden hacer boquetes en sofás o suelos, donde cuidarán a sus juguetes y pueden volverse más malhumoradas durante la fase de pseudo-embarazo que suelen sufrir.
Sexo, raza y personalidad.
Las personas que han tenido solamente un perro, macho o hembra, pueden cometer el error de pensar que hay ciertos comportamientos asociados al sexo de éste.
Siempre hay que tener en cuenta, que independientemente de su sexo o raza, cada perro es diferente y la educación y el entorno moldean su carácter de un modo único.
¿Más de un perro?
Cuando en una casa se reúnen varios perros de un mismo sexo, crecen las posibilidades de rivalidad, tensión y agresiones entre ellos. Esto ocurre sobre todo en hogares en los que no hay una autoridad o liderazgo claros por parte del dueño, o en casos en los que los perros pasan solos mucho tiempo.
Para tener un grupo armonioso, parece ser que son más adecuadas las combinaciones macho/hembra ya que suelen ser menos conflictivas y más armónicas, aunque depende de la personalidad de cada individuo el resultado final de la mezcla.
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