El cuidado de las glándulas anales
Este es un tema del que muy pocos propietarios tienen conocimiento, y que es muy importante conocer para evitar que tu perro tenga infecciones o complicaciones que pueden causarle mucho dolor.
Las glándulas anales están situadas en el interior del ano del perro, a ambos lados de la obertura anal, y son unas glándulas responsables de producir un líquido maloliente y desagradable pero funcional para nuestras mascotas, ya que el liquido que producen son la señal de identidad suya. A través de este líquido nuestros perros informan a otros sobre su sexo, sus enfermedades, su estatus, su temperamento, etc.
Pero, ¿por qué es tan importante cuidarlas y cómo puedes saber que tu perro está teniendo problemas con sus glándulas anales?
Es posible que hayas visto en tu perro, en algún perro o incluso en algún vídeo en You Tube, un perro que arrastra su trasero por el suelo de una forma más bien humorística. No sólo es injusto para el perro, que no tiene ni idea la de personas que se están riendo a su costa, sino que es un signo de un problema potencialmente grave: sus glándulas anales pueden estar afectadas o infectadas.
Es importante cuidarlas para evitar la obstrucción de las glándulas en la salida de las secreciones, y esto puede ocurrir por varias razones: la estructura anatómica del perro, la densidad de las secreciones o heces demasiado blandas. Cuando esto sucede el animal se sentará sobre su trasero y se arrastrará por el suelo, también puede lamerse el área anal en forma excesiva, incluso algunas veces gira sobre si mismo y grita por la molestia que tiene. Ocurre con más frecuencia en las razas de tamaño pequeño.
Para cuidarlas es importante:
- Observar que tu perro no siente molestias en la zona anal
- Darle de comer comida equilibrada especializada para perros (no comida casera)
- Observar que sus heces son consistentes, no blandas
- Como vaciar las glandulas o sacos anales de tu perro
Si observas alguno de estos síntomas, llévalo al veterinario para que proceda al vaciado y limpieza de las glándulas anales, antes de que provoquen una infección o una fistula. Cuanto más se tarde en acudir al veterinario, más doloroso será el drenaje de las glándulas.
Las glándulas anales están situadas en el interior del ano del perro, a ambos lados de la obertura anal, y son unas glándulas responsables de producir un líquido maloliente y desagradable pero funcional para nuestras mascotas, ya que el liquido que producen son la señal de identidad suya. A través de este líquido nuestros perros informan a otros sobre su sexo, sus enfermedades, su estatus, su temperamento, etc.
Pero, ¿por qué es tan importante cuidarlas y cómo puedes saber que tu perro está teniendo problemas con sus glándulas anales?
Es posible que hayas visto en tu perro, en algún perro o incluso en algún vídeo en You Tube, un perro que arrastra su trasero por el suelo de una forma más bien humorística. No sólo es injusto para el perro, que no tiene ni idea la de personas que se están riendo a su costa, sino que es un signo de un problema potencialmente grave: sus glándulas anales pueden estar afectadas o infectadas.
Es importante cuidarlas para evitar la obstrucción de las glándulas en la salida de las secreciones, y esto puede ocurrir por varias razones: la estructura anatómica del perro, la densidad de las secreciones o heces demasiado blandas. Cuando esto sucede el animal se sentará sobre su trasero y se arrastrará por el suelo, también puede lamerse el área anal en forma excesiva, incluso algunas veces gira sobre si mismo y grita por la molestia que tiene. Ocurre con más frecuencia en las razas de tamaño pequeño.
Para cuidarlas es importante:
- Observar que tu perro no siente molestias en la zona anal
- Darle de comer comida equilibrada especializada para perros (no comida casera)
- Observar que sus heces son consistentes, no blandas
- Como vaciar las glandulas o sacos anales de tu perro
Si observas alguno de estos síntomas, llévalo al veterinario para que proceda al vaciado y limpieza de las glándulas anales, antes de que provoquen una infección o una fistula. Cuanto más se tarde en acudir al veterinario, más doloroso será el drenaje de las glándulas.
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